La Ida.

(Esta historia está dividida en 3 partes, "la ida", "eldía D" y "la vuelta")

El viaje estuvo tocado por la mala suerte, nos juntamos el domingo a las 9 de la noche, entre hinchas privados de la UC y unos pocos representantes de piños y de entrada nos topamos con atrasos de los horarios, lo que siempre es normal, pero cuando es otro factor más de una suma se transforma en algo destacable. Les dejo el resultado de esta suma: 38 horas de viaje de Santiago a Buenos Aires, una locura... pero la cosa empezó bien, piscolas, caños y jugo mientras esperábamos el bus y durante todo el viaje hasta Mendoza, donde empezó la maratón de la Quilmes y el drenaje de pesos, en esta parada hubo uno que se fue preso por no acordarse de su propio nombre, el cual será reservado para efectos deshumillantes.
La continuación del viaje fue bastante piante, tuvo sus paradas pa comer, reabastecer el bar con chela y garrafas y dejar a uno que otro weon tirado como zapato en una acera. La Noche de ese día fue la más jodida, las protestas del campo, que tiene los caminos cortados, y que por estos días ya dejó sin carne a Buenos Aires, se multiplicaban por todos lados. A la primera que vimos le tratamos de hacer el quite, un che paco nos dijo que meterse por tal parte no era mala idea, y como resultado nos fuimos con el bus apedreado, con un vidrio menos y un miembro de la comitiva con trozos milimétricos de vidrio dentro del ojo, tuvimos que pasar a un policlínico en el que de seguro se basaron para hacer el juego Silent Hill, y de ahí casi todos queríamos ir a buscar a los putos que nos camotearon, pero la cosa se diluyó en la espera en el hospital, además de la contraparte a la idea violentista que suponía un combate contra piqueteros armados, además de que ya habíamos cachado que la ssshhhuta nos iba a cagar, los pacos eran tan protestantes como los agrícolas, a eso sumado el hecho de que estábamos a 800 kilómetros de la capital federal y lo único que queríamos era llegar. En un viaje directo a esa altura ya hubiera estado jugoso en un bar babeando como Homero Simpson cuando ve una dona ante cada porteña que se cruzara, era.
Seguimos, ahí yo me quedé dormido, pero varios cabros siguieron hueveando. Tras unas 5 o 6 horas de durma me di cuenta que no estábamos ni cerca de Baires, me contaron que la weaita de los cortes de camino estaba re jodida y en eso nos pillamos con otro corte, y luego con otro, y vimos a la ssshhhuta comiendo asado con los protestantes, y ya estábamos todos chatos, cagados de calor, agradecidos por la ventana menos. Más encima el chofer daba y daba vueltas buscando hospitales por los alrededores de Baires, algo así como en Lampa en Santiago... claramente, no era una viveza.
Ya en la ciudad partimos al centro, a comer algo, encontrar donde quedarse y pegarse una ducha que el sobaco pedía insolentemente, además de la pegadez de la ropa al cuerpo. Solucionado eso fui dar vueltas y me topé con una protesta de Racing Club, algo así como 4 mil personas cortando el transito del centro, yendo hacía el obelisco, la gente salía disparada de las oficinas, sacándose el terno para ponerse la camiseta que llevaban en el maletín y se ponían a aplaudir y a cantar al ritmo de la banda que lideraba la marcha... notable. El ruido era tremendo, las minas increíbles y las chelas heladitas. Unos amigos se sacaron un ceatoleí con ellos en el obelisco y el canal 13 los grabó, no se si habrá salido... tampoco se si fue el canal 13 chileno o el argentino, pero fue, después, yendo al partido se fueron unos locos de Racing en moto al lado del bus, cantando con nosotros, prendidísimos.
Otra buena protesta que vi fue el cacerolazo apoyando al campo. Tras el desafortunado discurso de la presidenta Kirchner (estaba como para despedir a los asesores) la ciudad salió a la calle, y tras cacerolear y bocinear cerca de sus barrios, partieron al obelisco, y puta que me dio envidia la forma en que el pueblo se expresaba allá. Acá en Chile hay que avisar con un mes de anticipación una protesta, y para cuando se hace los pacos cercan todo, van con su disfraz de tortuga ninja y al primer grito de la gente empiezan a amenazar con los guanacos y las lacrimógenas... lo rico es que ya no estamos en dictadura.