Breaking Point.

Lo que fue.

Es complicado escribir sobre lo ocurrido anoche en San Carlos. La situación era difícil, y por como venía jugando el equipo, casi ridícula, pero las cosas casi se dieron, Católica salió a jugar a lo Católica, sin toda la especulación de antes, la típica que caracteriza al fútbol chileno cuando se enfrenta contra argentinos, brasileños y ahora también mexicanos.
No se me ocurren más culpables que la mala suerte, esa nube negra que llueve sobre Católica. Tuvimos el gol mínimo de 10 veces, pero el palo, Ochoa o el demonio decidían que no era buena idea que entrara. Parece karma, como el de Earl. Siempre nos tocan los grupos difíciles de la Libertadores, cuando llegamos a la final jugamos contra el mejor Sao Paulo de la historia, los árbitros nos roban por ley, tenemos unos dirigentes hijos de las mil putas (pero creo que eso es transversal), y así y todo, pegamos 3 palos y nos perdimos otros 10 goles. El pobre de Lucho Pato debe haber llegado a su casa a ver el partido, y con un Whisky (o una grapa) en la mano ver una y otra vez los 2 goles que se comió... es como pa no perdonarse a sí mismo hasta salir campeón...
Karma... no se me ocurre de donde viene... anoche tuve una pesadilla con Ochoa, yo tenía que ver urgente a alguien, y trataba de entrar al metro, al vagón, pero cada vez que lo intentaba el arquero evitaba que entrara, y de repente se cerraban las puertas y el tren partía... a la tercera vez que no pude desperté. Fue terrible.

Lo que queda.

Como muchas veces antes el equipo le hizo honor a la franja, Carvallo se acordó de Ignacio Prieto y se dio cuenta que era el peor de los padawanes, y puso un equipo hecho para salir a golear, como antes, como es la costumbre cruzada. Ojalá no haya sido sólo por esa noche, como diría Joe. Contra Rangers, la U, Cobreloa y Ñublense hay que salir con la misma actitud, a matar. Probablemente el ímpetu no sea el mismo, tener que meter 3 goles para clasificar a octavos de la Libertadores es un motivante nacido de la necesidad, ergo, mucho más fuerte que la motivación que causa la factibilidad de la clasificación a la Sudamericana, pero así y todo, igual jugamos contra Rangers, que nos intentó quitar la estrella del 2002, no estuvo ni cerca, pero bueno, no tengo nada más contra ellos (?), y luego contra la U, que es un clásico desde el amateurismo, y de ahí con Cobreloa, que nos pisa la cola en esto de los campeonatos ganados, y finalmente con Ñublense, que merece ser vapuleado sólo por el representante que tienen en show de goles... que hueón más pelotuo.
Y bueno, ahora ya no hay más Libertadores, me importa un carajo quien la gane, va a ser un brasileño o un argentino, tal vez la primera vez del Fulmínense, tal vez la tercera de River, quién sabe... filo. Ahora nos queda desquitarnos, y haber quedado eliminados por culpa de la especulación y el ratonismo de Carvallo tendrá una doble venganza, la primera la pagaran los 4 equipos que nos restan en la fase regular del apertura, la otra la pagará el esquema sin actitud y lateralizantemente desesperador de Carvallo, que desaparecerá en pos de un esquema asesino, que salga a buscar con frontalidad. El público lo quiere, los jugadores lo saben y después de lo de anoche me imagino que el tosudo técnico ya se convenció... si esta última venganza no se realiza, bueno, chao Carvallo, nada más.