UC vs la U. Gary Medel es de otro planeta.

La puta universidad no me deja vivir. Hoy no pude ir al estadio por culpa de una puta prueba, de un puto ramo que no me gusta. ¡Por la puta!. Más encima he estado toda la tarde en la casa ni he leído ni una sola página, y así y todo, me doy el lujo de escribir este post, cuando debería estar de cabeza en los libros tragando mentix como si fueran mentitas, pero si no escribo luego sobre partido no voy a empezar a estudiar nunca, así que aquí vamos.

3 segundos

Cuando Facundo Imboden le arrebata la pelota a Salas en media cancha y le queda a Medel, quién da inicio a la jugada del segundo gol, no se dilucidaba ni cagando como iba a terminar esa cadena de eventos. Cuando Gary levanta la cabeza y ve a Julio Gutiérrez parado en el círculo central, a 2 metros de su marcador más cercano, se la toca y no le saca los ojos de encima, podía Julio devolver atrás y picar, que es la opción que toman los jugadores que no gravitan en un partido, pero el decidió hacer el amague y correr, que era lo que esperaba el pitbull. Ese es el momento clave.
Martínez y Estrada no entendieron nada, creían que estaba todo controlado, ja!. Con que calma corrieron ese segundo, me imagino como les debe haber rebotado el estomago después que se les subió hasta el cuello cuando vieron para donde iba el pase del 19. La defensa de Salah se vio retrocediendo de golpe, empujados por Julio y confundidos por Roberto, que se tiró entre González y Rivera, y los dejó parados, el firulais se cerró, completamente engañado por los movimientos del team Gutiérrez, y así, en 2 segundos, estaban todas las cartas tiradas. Cuando los 4 del fondo siguieron con la mirada el pase del 19 y vieron quien asomaba recién cayeron, se venía el P17BULL, solo, grande, pulento, creciendo un metro por cada paso que daba. La impotencia fue inmediata, se les contrajeron los cocos y aceleraron, ¿para qué?, para nada, ya les habían hecho la trenza ya estaban todos tirados, y así llegó el tercer segundo, en que todos levantaron la cabeza, los 6 que perseguían a Medel lo hicieron para mirar a Pinto y perder toda la esperanza al verle la cara, que se le caía de miedo, como un acusado de pedofilia en víspera de su primera noche en la peni, sabiendo que no podía hacer nada para evitar que se la embocaran. El pobre Pinto, que levantó la cabeza y vio al demonio, tenía en frente a su peor pesadilla, ¿cuántas noches se habrá despertado gritando Miguelito soñando el pelotazo que Medel le embocó en el clásico del clausura pasado?, el pobre Miguel lo rememoró todo cuando se le aparece Gary por delante en el primer gol, lo dejó tiritando. Y ahora se le venía de nuevo, y miraba a sus compañeros y nadie lo podía salvar, cada vez lo veía más grande y se sentía más y más chico. En ese segundo Pinto sólo espero que lo partiera un rayo, que se abriera la tierra y se lo tragara, y no alcanzo en pensar en otra alternativa, llegó el tercer segundo y ya se lo había comido la ola, Medel ya le había pasado por encima.
No me puedo empezar a imaginar lo que sucedió estos 3 segundos que duró el gol en la mente de este Temporal, de este huracán devastador que es Gary Medel para sus rivales. Es de otra estirpe, es de otro planeta, un mucho mejor planeta. Lo único que vio frente a él fue el arco, Gary Medel no ve a Miguel Pinto, lo pisa como a un insecto que tuvo la mala suerte de estar en el mismo lugar donde va a caer tu siguiente paso al caminar.
Y tras inflar la red madere y salir gritando el gol con el alma, abrazarse con todo el equipo y gritar el clásico “eee ooee oe oe oe U! C!”, ya pasada la euforia de la celebración, toma su camiseta, contempla la cruz en el pecho, el escudo del Club Deportivo Universidad Católica, y lo besa 3 veces. Y yo no puedo más que agradecerle de rodillas a la vida que tengamos a Gary Medel defendiendo la soberania cruzada y que lo haga con la franja bajo la piel. Amén.